CAPITULO 17 EL DON DE ESCRIBIR
Cuando retomo la lectura de algún libro no me acuerdo de lo que leí y vuelvo a leer otra vez lo mismo, a mi mente ya le cuesta retener, ese es uno de los más fuertes efectos secundarios de los medicamentos que tomó y he tomado por mucho tiempo.
Espero no empeorar porque hasta me cuesta entablar una conversación fluida pues de repente se me nubla la mente y no me acuerdo de las ideas o de lo que estoy hablando.
Desde que salí, también he estado inquieta, no he podido dormir bien, he tratado de tomar todos los medicamentos como me lo indicó la psiquiatra, pero no siento un cambio positivo.
Eso está muy mal porque acabo de salir y no quiero volver, al menos no por el momento.
Pude ver a una de mis queridas amigas, laurita, no nos vemos tanto, pero siempre ha estado ahí cuando la he necesitado, tanto emocional como espiritualmente. Pude descargar todo lo que llevaba por dentro y también sacar todo lo que me estaba ahogando. Es una gran persona, Dios la he de continuar bendiciendo.
Luego de verla el fin de semana, tuve una gran sorpresa. Mi esposo Alberto junto con mis familiares, planearon celebrar mi cumpleaños, hicieron de todo, fue un festejo mágico como siempre, porque sé que todos los involucrados, lo hacen para levantarme el ánimo y decirme de otra manera que no estoy sola, que puedo recuperar mi autoestima y mi integridad.
Lo que me da miedo es el fracaso y caer nuevamente, pero ellos me contagian de confianza y están creyendo en mi.
Escribir es una terapia para todos los sentidos, puedo expresar todo lo que tengo pegado en mi garganta y en mi corazón, es un escape donde viajo, sueño, invento, intento... en fin, no volveré a dejar que me quiten una de las pocas cosas que salen de mi diario vivir y poder expresarlo.
Comentarios
Publicar un comentario