Capítulo 2 Navidad




La mejor época del año para mí, no hay mes más bonito donde se reúnen las familias, preparan cenas, cocinan, hay villancicos, se dan regalos, el clima es muy lindo, aunque en mi país no cae nieve, hacen días soleados, preciosos y lo complementan los vientos alisios, que le dan una brisa tan fresca y fría al clima.

Me emociona ir comprando regalitos para familiares y amigos, me vuelvo loca (por decirlo así) con la decoración de la casa, siempre por lo menos un adorno cambio o pongo uno nuevo, pero también comparto de lo que tengo, con mis hermanas, es como una fantasía para mí, me siento como una niña, con esas ilusiones, con las luces de colores en la casa y en las de alrededor, en fin, cuesta mucho que cambie este mes por algún otro del año.

Lo peor que me podía pasar pasó y fue que sin estar consciente del tiempo, cometí el grave error de hacerme daño yo misma iniciando este mes, eso sí, las mismas pacientes del hospital que estaban a mi alrededor me dijeron que mínimo tenía que pasar una semana internada, dependiendo de cómo me viera el especialista (psiquiatra) así que me quedaría el tiempo que ellos creían conveniente para cada una de nosotras, no lo decidía yo, pero bueno, ya estaba metida en el problema.

Desde que ingrese un 6 de diciembre noté que me inyectaban cosas para sedarme en la mañana y la noche, aparte de los medicamentos que los enfermeros repartían una a una a cada mujer, eramos pocas, creo que 3 salones con 6 camas cada una, o sea 18 mujeres, hablaba poco, puesto que dormía a cada rato, incluso me acuerdo cuando llegaban a hacerme las curaciones de la herida en el abdomen que me había provocado, también, cuando estaba despierta sentía que entre todas nos apoyamos indistintamente del problema que tuviera cada una, me sorprendió que habían mujeres de toda clase:  maestras, secretarias, adultas mayores, jóvenes con trastornos varios, violaciones, depresión, anorexias, hasta una jueza que ya no soportaba su trabajo, de tantas cosas malas que había visto en su carrera y yo; que trabajaba en un laboratorio clínico, o sea cualquier tipo de persona podía estar ahí internada.

Se aprende mucho, hasta más que otras personas que están a tu lado en el diario vivir, porque todos tenemos emociones, problemas, necesidades y también necesitamos desahogarnos pero la mayoría, toda su vida, aun sin saberlo, se forma una careta que después no se pueden quitar y a la vez terminan aceptando y viviendo de sus mentiras y compartiendolas con todos los que los rodea.

Volviendo a contarles sobre ese primer internamiento, sin notarlo había perdido todo lo que había construido y no me importaba nada, de verdad que estaba sumergida en una depresión donde no veía la luz, mi mente se confundía cada vez más.

Como quería salir de ahí casi inmediatamente, la primer visita con el psiquiatra le dije lo que él quería escuchar, que tuve una crisis muy fuerte, la primera de mi vida, pero que ya había entendido y no sabia que me había pasado, ella me creyó, estuve una semana hospitalizada, me recetaron varios medicamentos, me incapacitó y pude disfrutar de mi hermosa navidad! sabiendo que estaba evadiendo mi situación y tratando de demostrar que no fue nada, pero en realidad me sumergí más en la oscuridad.

"Madurar con los años 
Es mejor que con los daños" 


























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