CAPÍTULO 15 Sorprendentes revelaciones
Jamás imaginé que tanto dolor, tanta necesidad, tanto duelo en mi corazón que seguía recogiendo, iba a ocurrir en uno de esos días en los que todavía me encontraba internada. La persona por la que más apostaría o creía que iba a estar a mi lado ni siquiera se dignó a pedir permiso en el trabajo para verme o auxiliarme, les hablo de mi esposo Alberto. Tal vez, y prefiero creer eso, él estaba cansado de sostenerme, gracias a Dios mi hermana hermosa Cindy me acompañó en esos momentos que nunca olvidas en la vida, por primera vez Alberto se dio el gusto de decir: "ella se lo buscó, ahora que enfrente las consecuencias y no voy a pedir permiso en mi trabajo, lo que hizo está mal" Que puedo contar ? me dejó sin palabras, cómo puedo responder? mi castillo de cristal se quebrantó en miles y miles de pedacitos, cada uno de ellos lleva un dolor diferente, lo peor es que no se iba a enterar por mí de lo que estaba ocurriendo, ni tampoco me iba a decir esas cosas directa