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capitulo 6 Continuemos...

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Un día como todos, despertar y no ver ninguna diferencia, pero que voy a esperar si lo que quiero nunca llega, mi paz no funciona, me confundo con la realidad, porque tengo que fingir algo y alguien que no soy, no hay diferencia entre los días, todos negros, grises si me iba bien. Me desespero y pienso: necesito vida, yo con mis manías desperdiciaba mi tiempo. Por lo menos pensaba en Dios, sólo ÉL entendía mis enredos y mis pleitos con ÉL mismo, le pedía que abriera mi cerebro pero al mismo tiempo me daba temor volver a aprender, a dar pasos, puesto que no podía retroceder, como cuando un niño empieza a caminar, pero me hartaba muy rápido y volvía a mi rincón donde sólo yo podía decir, sentir y disfrazarme sin que se dieran cuenta. Así pasaban los días casi todos iguales, sin ninguna mejoría, escribiendo y pidiéndole a Dios una luz, pero me daba miedo, entonces retrocedía al hueco de la oscuridad donde al menos ÉL siempre me encontraba, no se si era masoqu...

CAPITULO 7 Uno de tantos internamientos

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Empieza mi día planeado, tomé muchas pastillas para que me llevaran nuevamente al hospital, en el área de psiquiatría y realmente lo logré, en ese momento sentía que era una victoria para mi, pero lo que estaba provocando era lo que yo quería, pero en realidad me estaba haciendo daño a mi misma, claro estaba cegada en todo sentido. Ese día debía esperar 24 horas en observación, gracias a Dios me dieron comida en la noche, pero siempre tuve que pasar toda la noche ahí sentada en una banca, hasta el día siguiente que me subieran a psiquiatría, tipo 5pm, fueron muchas horas de espera, en ese momento me percaté lo cansada y hastiada que estaba y solté el llanto como un bebé, no pude controlarme, estaba desconsolada porque mi realidad era esa, yo lo provocaba todo, tenía un sentimiento intenso de amargura, muy feo, claro, cuando me vieron en ese estado el psiquiatra dio la orden de que me inyectaran y eso fue lo que me ayudó a tranquilizarme y d...

CAPITULO 8 Mas que una plegaria.

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A veces mi esposo Alberto me presionaba mucho en diferentes campos de nuestro matrimonio, consecuencia de esto fue la primera explosión de mi cuerpo y mi alma, ya no resistía más, llevando ya 10 años de casados y viviendo con mi mama, exploté y fue mi primera crisis, por todo lo que estaba pasando a mi alrededor. Yo cuidaba a mi mama incluso estando casados, nos comprendíamos muy bien gracias a Dios, ella no era el problema en sí, aunque desde que vivimos con ella mis 12 hermanos se hicieron la idea de que no tenían ninguna obligación con la madre, es mas, casi no la iban a visitar y sacarle a pasear era un sueño, pero todo el tiempo que estuvimos con ella nos ayudó en todo sentido, con su sabiduría, discernimiento, con la carga emocional,incluso para mejorar nuestro matrimonio. Yo seguía con crisis,ya al final, me dormía mucho porque me mantenían sedada, para que los efectos de las pastillas no las sintiera tanto, gracias a Dios si contaba con mis hermosas hermanas ella...